Apoyemos la lucha del pueblo palestino

El mes de octubre ha visto renacer la Intifada palestina: la lucha de masas contra la permanente agresión del Estado sionista de Israel, el enclave imperialista que desde 1948 arrebató los territorios al pueblo palestino. El 28 de septiembre, el dirigente del ultraderechista partido Likud, Ariel Sharon, ex ministro de defensa y comandante, en 1982, de las masacres de Sabra y Shatila contra el pueblo palestino, en el Líbano, realizó una provocación con 3000 soldados israelitas al "visitar" la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, el recinto sagrado de los palestinos.

Al día siguiente, el ejército sionista disparó contra éstos. Tales acciones contaron con la autorización del Primer ministro israelí el ex general Ehud Barak, responsable de los “Acuerdos de paz” firmados con la Autoridad Nacional Palestina dirigida por Yasir Arafat.

Las masas palestinas comprendieron que la humillación que les hacía este asesino, era la culminación de la vergonzosa traición que ha venido cometiendo la dirección de Arafat, al mantener la farsa de las negociaciones de “paz”, mientras se multiplican los asentamientos sionistas en los territorios palestinos, desde que se vienen implementando los acuerdos de Oslo (1993).

Allí, sobre la base de la ofensiva sionista-imperialista contra la primera Intifada, en el contexto de la derrota del ascenso revolucionario mundial y de la caída de los Estados obreros, aprovechando la división árabe lograda durante la guerra contra Irak, el imperialismo impuso sus planes. Logró que la OLP, con Yasir Arafat a la cabeza de su partido Al Fatah, realizara la peor traición a la legendaria lucha del pueblo palestino por conseguir la recuperación de su tierra, por la construcción de un Estado palestino y por la destrucción del enclave imperialista impuesto con la constitución de Estado de Israel. Se inició así el llamado “proceso de paz”, el término más odiado por las masas palestinas hoy, de una pretendida coexistencia pacífica con Israel, quien ha agredido sistemáticamente al pueblo palestino.

Se ha hecho evidente que el Estado reconocido por el imperialismo a los palestinos no es sino un verdadero régimen de apartheid: con la población palestina encerrada en bolsones de territorio inviables como unidad económica, y bajo la mirilla de los tanques israelíes. Más aun, dicho proceso no ha servido para mejorar la vida de los palestinos, por el contrario, durante los últimos siete años han empeorado sus condiciones económicas y sociales, al tiempo que la Autoridad Nacional Palestina cubre con falsas promesas la corrupción y los privilegios de los monopolios comerciales.

Estados Unidos, durante todo el tiempo, en medio de las “negociaciones”, ha respaldado la agresión sionista. Ahora, Bill Clinton, al condenar la violencia palestina, le cubre las espaldas de nuevo al ejército israelí, a la vez que hace esfuerzos por mantener los mal llamados Acuerdos de “paz”. De manos de Clinton y los imperialistas no puede haber solución para este drama del pueblo palestino. El imperialismo impulsó la creación de Israel y lo ha venido sosteniendo militarmente, porque es su gendarme en esta región de enorme importancia estratégica.

Estas son, en consecuencia, las condiciones que han llevado a las masas palestinas a levantarse contra ese proceso, cuestionando en los hechos no sólo la trampa de “paz” imperialista, sino a su propio gobierno. Es un nuevo capítulo de la ya larga lucha del pueblo palestino por su tierra y por la expulsión del imperialismo.

Es así como se han realizado importantes movilizaciones de masas en varios países y se hace necesario conseguir la unidad de todas las naciones árabes y todas las organizaciones políticas de los palestinos, contra Israel y el imperialismo. Todos los trabajadores y luchadores antiimperialistas del mundo debemos levantar nuestra solidaridad con la lucha del pueblo palestino, apoyando la Intifada contra los “Acuerdos de paz” y retomando las banderas tradicionales del no-reconocimiento del Estado de Israel; por el establecimiento de un Estado palestino, laico y democrático, con igualdad de derechos para judíos, cristianos y musulmanes. Ninguna confianza en Arafat, por la construcción de un partido obrero revolucionario que se levante como alternativa para los trabajadores árabes y judíos y que luche por la única salida consecuente para las masas palestinas: una federación panárabe socialista.

La política imperialista del gobierno de Clinton y los candidatos a sucederle en la presidencia de EE.UU., con el apoyo de los demás países imperialistas de Europa, es la misma en Medio Oriente y en América Latina: establecimiento de enclaves coloniales, sometimiento de los gobiernos para la ejecución de planes contra los trabajadores, a beneficio de la transnacionales, impulso a tramposos procesos de negociación y de “paz” con las direcciones políticas y guerrilleras que se levantan contra los regímenes burgueses, al tiempo que presiona y agrede militarmente para conseguir su derrota y claudicación, imposición de políticas económicas que deterioran paulatinamente las condiciones de vida de los pueblos oprimidos. Pero ni la política militar, ni las negociaciones de “paz” impuestas por el imperialismo han sido, ni son, ni serán el camino de solución para la situación de hambre, miseria, desempleo y opresión de los trabajadores y los pueblos del mundo. Así lo demuestran las experiencias de El Salvador, Guatemala y ahora Palestina.

Las masas palestinas y del mundo debemos unirnos en la misma lucha contra el enemigo común. Por tal razón, los trabajadores, campesinos, jóvenes y sectores populares América Latina y el mundo debemos enarbolar las banderas de lucha contra el imperialismo de la misma manera que los palestinos, con una amplia movilización de masas.

¡Por la destrucción del Estado nazi-sionista de Israel!

¡Por una Palestina laica, democrática y con igualdad de derechos para judíos, cristianos y musulmanes!

¡Por el rompimiento de los onerosos acuerdos de “paz” imperialistas: Palestina, para los palestinos!

¡Fuera imperialistas del Medio Oriente y América Latina!

¡Apoyemos la Intifada!


Comisión Internacional -Cito
Declaración acogida por el Comité Central del PST-C
Bogotá, octubre de 2000