Plan Colombia

Llamamiento internacional contra el imperialista “Plan Colombia”

El imperialismo norteamericano, acompañado del europeo y japonés, ha diseñado el denominado Plan Colombia con el objetivo de derrotar a la guerrilla colombiana, estabilizar los regímenes políticos de la región y controlar las alas burguesas ligadas al mercado de los narcóticos.

Este es un plan político, económico y militar para contener los factores de inestabilidad presentes en Colombia que amenazan extenderse al resto del área. Con este plan el imperialismo pretende aumentar la dominación y la semicolonización en América Latina.

El imperialismo tiene planteados dos retos políticos importantes en Latinoamérica: en pprimer lugar — desde hace varias décadas— la destrucción y restauración capitalista del Estado obrero cubano, para evitar que sirva como punto de referencia a las masas que podrían impulsar la expropiación de los medios de producción. En segundo lugar, la desmovilización de la guerrilla colombiana, que si bien es cierto no tiene como programa la expropiación, es un foco de desestabilización política que puede extenderse a otros países.

La intervención del imperialismo en Colombia es fundamental para sus planes, porque en este país se combinan varios factores que podrían conducir a una crisis generalizada y, además, le sirven como argumento para organizar y extender sus acciones de dominación en el conjunto de la región.

Estos factores son:

  • La existencia de una guerrilla campesina con importante poder militar que genera inestabilidad en el régimen y el temor a que se extienda a los países del área.

  • Una profunda crisis económica. La más aguda en los últimos 70 años.

  • Una crisis social que incluye: miseria absoluta, desempleo superior al 20%, más de un millón de campesinos desplazados por los terratenientes con su ejercito de paramilitares para apoderarse de sus tierras, aumento generalizado de la delincuencia producto de la miseria creciente y el desarrollo en un grado muy alto de corrupción en las esferas gubernamentales, el parlamento y las fuerzas armadas.

  • Aumento de la producción y comercio de narcóticos, lo cual causa fuertes pugnas interburguesas internamente y serias contradicciones con el imperialismo.

  • Problemas en el régimen político que se resquebraja cada vez que las contradicciones interburguesas se agudizan.

Como el imperialismo tuvo que desmontar el Comando Sur ubicado en Panamá, está montando ultrasofisticadas bases militares en el continente —base de Tres Esquinas en Putumayo Colombia y base de Manta en Ecuador, que se suman a las ya existentes como Guantánamo en Cuba y Viques en Puerto Rico— y está impulsando la creación de ejércitos mercenarios para responder con métodos de guerra a cualquier crisis seria que se presente en la región.

El gobierno imperialista de Clinton ha logrado unificar a los partidos Demócrata y Republicano alrededor de este plan, que combina la política de reacción democrática, (negociaciones, acuerdos y concertación) con la política de guerra, utilizándola para imponer la negociación que es su política privilegiada. Actualmente se ha producido un salto en el terreno de los métodos de guerra. El gobierno de Pastrana, fiel a los intereses Norteamericanos, acaba de expedir once decretos de reestructuración de las Fuerzas Armadas aumentando la capacidad militar para el próximo año. Se doblará la cantidad de helicópteros a una cifra de 172, de 10.000 soldados profesionales se pasará a finales de año a 42.000, de cerca de 300 millones dólares que se estaban recibiendo en “ayuda” se pasa a 1.300 millones de dólares siendo la mayor parte destinada a fortalecer la capacidad militar y se incrementa la presencia de asesores militares yanquis en el territorio colombiano.

La burguesía colombiana de conjunto se ha unificado alrededor del plan y está acompañada por la mayoría de los gobiernos y burguesías del área. Con esa unidad pretenden golpear a los trabajadores latinoamericanos con los planes de carácter económico que impone el imperialismo, coadyuvar en la destrucción de la selva amazónica, en el destierro de los campesinos pobres de la región derrotando, por ejemplo, al movimiento Sin Tierra de Brasil.

Como expresión del “humanitarismo” imperialista, y su cruzada pacifista para desarmar las masas, debilitar sus luchas y apoyándose en la clase media, el régimen colombiano viene impulsando movilizaciones de carácter reaccionario llamadas “No Más”. Estas movilizaciones tienen por objeto buscar apoyo para el régimen, justificar sus acciones represivas y aplicar los planes económicos contra las masas trabajadoras. A esto se suma el paramilitarismo creado con la venia del imperialismo, la complacencia del régimen y el apoyo velado de las Fuerzas Armadas.

La escalada militar se combina con las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana como una tenaza que tiene como objetivo su desmovilización, capitulación e incorporación al régimen y al sistema, como ya ha sucedido con otros grupos en Colombia (EPL, PRT, M19, Quintín Lame) y en Centroamérica (FMLN en El Salvador y URNG en Guatemala). A la vez, la guerrilla colombiana no tiene una política para proponerse como alternativa y agrupar las masas en el enfrentamiento con el imperialismo, el régimen, el gobierno y los planes de contrarrevolución económica que están imponiendo. Los dos grupos más importantes (FARC y ELN) están negociando cada uno por su lado, y mientras los trabajadores realizan paros y protestas, la guerrilla organiza reuniones de negociación con el gobierno, en muchas ocasiones boicoteando las luchas de las masas.

Por su parte, la mayoría de las direcciones sindicales impulsan la política de concertación, apoyando las negociaciones, intentando crear falsas expectativas en las masas y debilitando la conciencia antiimperialista. Denuncian sólo el aspecto militar del Plan y callan frente a los aspectos político y económico.

En medio de este panorama, el imperialismo y el gobierno de Pastrana avanzan y propinan fuertes derrotas a los trabajadores y a las masas —aunque éstas luchen—, debido a la ausencia de una dirección revolucionaria que centralice esas luchas y canalice las energías con una política revolucionaria para derrotar los planes imperialistas.

La existencia y accionar del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), como parte de la corriente internacional, el Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo (CITO), tiene como propósito impulsar la construcción de esa alternativa revolucionaria a nivel nacional e internacional, al calor de la lucha de resistencia contra la intervención imperialista y la política explotadora y represiva del régimen, el gobierno y los patronos, expresándose en la actualidad en la lucha contra el “Plan Colombia”.

Por eso hacemos un llamado a las organizaciones obreras como la CUT brasileña, las centrales obreras argentinas, la COB boliviana y demás organizaciones sindicales y políticas de los trabajadores en el continente, a impulsar un encuentro continental para discutir y trazar un plan de lucha regional que derrote el Plan Colombia en sus tres aspectos: político, económico y militar, y que las centrales obreras colombianas encabecen la convocatoria de dicho encuentro.

Igualmente llamamos a los trabajadores europeos a realizar acciones de protesta, como mítines en las embajadas norteamericanas; a los trabajadores norteamericanos, a movilizarse contra el gobierno de Clinton y el parlamento, para que cese su agresión, reeditando la movilización que contribuyó a la derrota yanqui en Vietnam. A los trabajadores cubanos, para que al tiempo que enfrentamos la intervención imperialista en la región, luchemos conjuntamente contra el plan de restauración capitalista en la isla y por la defensa del Estado obrero y la revolución, exigiéndole a Castro que se ponga a la cabeza de esa lucha.


Bogotá Colombia, Septiembre de 2000
Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia-CITO
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